Desde los ensayos a primera hora de la mañana hasta las últimas luces parpadeantes de la noche, la participación de nuestra escuela en el desfile fue mágica. Meses antes del desfile, el aire rebosaba de expectación. Profesores, alumnos y padres se unieron para aportar ideas y transformar la entrada de nuestra institución en algo realmente espectacular.

Finalmente, el día del desfile llegó con un aire fresco y una emoción palpable que parecía irradiar de cada rincón de nuestro instituto. Padres y profesores se vistieron con disfraces festivos, desde elfos hasta muñecos de nieve, creando un ambiente animado y alegre.
Cuando comenzó el desfile, la reacción de la multitud fue inmediata y entusiasta: expresiones de asombro y aplausos llenaron el aire a medida que la carroza de nuestro colegio se abría paso por el recorrido del desfile. La música festiva y las risas parecían mezclarse perfectamente con el suave resplandor de las luces de la carroza, creando un espectáculo conmovedor que captaba el espíritu de la temporada.
Al finalizar el desfile, nuestra escuela fue recibida con aplausos y admiración. La sensación de logro y el espíritu de comunidad eran palpables, dejando a todos con el corazón lleno de alegría y orgullo.

Mientras recogíamos y nos dirigíamos a casa, con el resplandor de las luces navideñas aún brillando en nuestros recuerdos, no pudimos evitar sentirnos agradecidos por la maravillosa comunidad que tenemos. Esperamos vivir muchos más momentos mágicos y celebraciones festivas en el futuro.
Deseamos a todos unas felices fiestas llenas de paz, amor y recuerdos entrañables. Hasta el desfile del año que viene.

¡Felices fiestas!