La graduación preescolar es un acontecimiento conmovedor que marca un paso importante en la trayectoria educativa de los niños. Cuando los más pequeños se ponen la toga y el birrete, las familias se reúnen para celebrar no sólo el final de un curso escolar, sino el comienzo de sus aventuras educativas.

La ceremonia comenzó con una cálida bienvenida de nuestra querida directora. Expresó su sincero agradecimiento a todas las familias y profesores que han apoyado a nuestros pequeños a lo largo del año. Sus palabras nos recordaron la importancia de la educación temprana y el increíble crecimiento que hemos presenciado en cada niño.

El momento culminante de la ceremonia fue sin duda la actuación de nuestros graduados. Vestidos con sus adorables togas y birretes, los niños subieron al escenario con confianza y alegría. Cantaron alegres canciones que habían practicado con sus maestras, llenando el aire de melodías de esperanza y emoción. Cantaron alegres canciones que habían practicado con sus maestras, llenando el aire de melodías de esperanza y emoción. Los padres y familiares no pudieron evitar aplaudir, con un orgullo evidente en cada sonrisa y lágrima.

Cuando se pronunció el nombre de cada uno de ellos, subieron al escenario para recibir su diploma mientras el anfitrión les compartía lo que querían ser de mayores. Fue un momento conmovedor, que mostró el crecimiento de cada alumno a lo largo del año. La alegría en los rostros de los niños al recibir sus diplomas fue realmente conmovedora.

También disfrutamos de un hermoso vídeo con fotos de todo el curso escolar. Desde manualidades hasta excursiones y juegos, las imágenes captaban la esencia de nuestra experiencia preescolar. Las risas llenaron la sala mientras las familias recordaban los momentos divertidos y los hitos que sus hijos habían alcanzado juntos.

Tras la ceremonia formal, nos reunimos para celebrar una recepción llena de risas, aperitivos y deliciosa comida. Las familias se tomaron fotografías y compartieron historias, creando nuevos recuerdos que atesorar. El ambiente estaba lleno de alegría, pues no sólo celebrábamos los logros de los niños, sino también los lazos que se habían creado entre las familias y los profesores. Fue una celebración del esfuerzo y el crecimiento de nuestros pequeños, así como un homenaje a la solidaria comunidad que los ha formado.